Ashwagandha ha sido utilizada en la medicina Ayurveda durante miles de años como un rasayana (rejuvenecedor) y como hierba adaptógena, es decir que su uso ayuda al cuerpo a resistir el estrés fisiológico y psicológico. El nombre ashwagandha se traduce como “aliento de un caballo” y hace referencia tanto a su olor único como a la virilidad de un caballo, lo cual es una inferencia al uso tradicional de la ashwagandha como apoyo del sistema reproductor masculino.
La ashwaganda es una hierba que se usa desde hace cientos de años en la medicina ayurvédica en la India. Crece en un arbusto que es muy común tanto en el Medio Oriente, como en África. Cada vez sabemos más sobre sus beneficios y es por eso que en los últimos años su consumo se ha extendido alrededor del mundo.
La raíz de la ashwaganda tiene distintas propiedades y su consumo regular tiene muchos beneficios. El primero es que fortalece y calma el sistema nervioso. Al consumirla, la salud de nuestro sistema nervioso mejora y esto se evidencia en una mejor respuesta al estrés y en mejores ciclos del sueño. También fortalece el sistema inmunológico, lo que quiere decir que ayuda a nuestro cuerpo a combatir distintas enfermedades e incluso puede ser un buen aliado para manejar ciertas condiciones, como la hipertensión. Y por si fuera poco, fortalece dos órganos importantísimos: el hígado y los riñones.
La ashwaganda también sirve para tratar malestares y molestias de forma inmediata. Alivia los dolores de cabeza, cefaleas y migrañas de manera natural y rápida. Cuando se trata de malestar estomacal por inflamación, es un excelente remedio natural. Y para los deportistas es un salvavidas cuando necesitan recuperar la energía después de una sesión intensa de actividad física.
Una característica muy particular de la ashwaganda es que es un adaptógeno. El mundo de los adaptógenos se sigue estudiando y en gran parte es un misterio. Se cree que mejoran la ansiedad, dan energía, son anticancerígenos y ayudan al cuerpo a estar mejor.
Puede apoyar un sistema nervioso saludable al brindar un efecto nutritivo y energizante. Cuando el estrés no impacta el sistema nervioso tan fuertemente, estas señales “híper” desaparecen de manera natural con el tiempo, lo que permite un efecto calmante. Esta cualidad de ashwagandha la hace un suplemento primordial en el proceso de tonificación y rejuvenecimiento.
Además de su efecto dual energizante/calmante, ashwagandha ofrece otros beneficios:
Apoya la salud del sistema inmune
Tranquiliza los procesos mentales
Fomenta patrones de sueño saludables
Beneficia la salud del sistema reproductor en hombres y mujeres
Mantiene los niveles de energía, fuerza y vitalidad, incluso con actividad física
Apoya la salud de la espalda y las articulaciones
Ashwagandha se utiliza en Ayurveda para equilibrar vata y kapha; en exceso puede perturbar pitta por su naturaleza caliente, untuosa y constructiva, así como empeorar ama (acumulación de toxinas). Ayurveda reconoce ashwagandha particularmente por su naturaleza nutritiva, fortalecedora y tonificante. Es utilizada por las mismas razones mencionadas anteriormente en la lista de beneficios, en especial como apoyo a la salud de los músculos y el sistema reproductivo, y para equilibrar vata.
Cómo usar ashwagandha:
Ashwagandha está disponible en forma de polvo y tabletas. El uso tradicional consiste en la mezcla del polvo con leche caliente y miel tomada antes de dormir, lo cual pacifica vata, promueve patrones de sueño saludable, la salud del sistema reproductor y la fuerza. Una dosis general puede ser de uno a seis gramos diarios. También puede consumirse con ghee y azúcar para apoyar el sistema reproductor femenino y las articulaciones. Para mayor conveniencia, ashwagandha también se encuentra en forma de tabletas. Este puede ser un método más fácil de consumo, sobre todo para quienes viajan mucho, tienen poco tiempo o simplemente no les gusta el sabor del té de ashwagandha.
